5. Hispania o Spania (ni: ñ): una
provincia del Imperio romano
Por Javier Albert Gutiérrez
1.
La conquista de la Península Ibérica
La romanización convirtió la Spania tribal en España, una nación donde ya no había celtas,
iberos y celtiberos sino hispanos o españoles, que de las dos formas
puede decirse.
La Diócesis de Hispania
(ni = ñ) de Diocleciano
era una unidad administrativa del Imperio romano, y sus habitantes, desde le
siglo II a. C. hasta hoy día, han sido nombrados en el resto del mundo como “hispani”
(hispanos o spanioles). Tácito (55-135 d. C.) en sus obras “Anales”
e “Historias” lo repite innumerables veces.
1.1.
Contexto histórico: El
Tratado del Ebro
Los iberos eran muy conocidos en el
mundo griego porque eran mercenarios que lucharon en todas las batallas
importantes desde el siglo VI a. C. El ejército de Aníbal estaba compuesto en
parte de iberos y galos, destacando los iberos en la batalla de Cannas.
En el año 226 a.C. Roma y Cartago
sellaron el Tratado del Ebro, en el que
se fijaba este río como límite de la expansión cartaginesa. Dicho tratado no
era ventajoso para los latinos, que se habían visto obligados a firmarlo
porque en ese momento tenían que atender a dos frente de guerra muy
problemáticos: el Ilírico en el que se resolvía el control del Adriático, y
el del norte de Italia para hacer frente a los belgas (celtas). Pero una vez
solucionados dichos conflictos, los saguntinos acuden a Roma en el 221 y
logran firmar un Tratado de Alianza.
En estas circunstancias Aníbal atacó Sagunto, que tras una heroica
resistencia cayo en su poder. Esta fue la "causa belli", sin
embargo la causa profunda fue que ambos Estados eran conscientes de que no había espacio
político y económico para dos grandes potencias en el occidente del Mediterráneo.
1.1. Etapas
1.1.1.
Primera etapa: la conquista
del litoral mediterráneo (218-197
a.C.)
En el año 218 desembarcan en la ciudad de
Ampurias, tradicional aliada de Roma, los hermanos Cneo y Publio Escipión y con
el apoyo de los iberos del norte del Ebro vencen a los cartagineses en Cesse
(Tarragona).Tras un nuevo fracaso cartaginés en la batalla naval de la
desembocadura del Ebro, el 217
a.C., el ejército romano llega al alto y medio
Guadalquivir, donde en la batalla de Linares, en el año 211, mueren los dos
Escipiones, obligando a los romanos a refugiarse en Ampurias.
En el 210 a. C. llega a la ciudad
P. Cornelio Escipión, que reorganiza el ejercito y consigue el apoyo de los
jefes indígenas. En el 209, en una operación bien estudiada toma Cartagena,
puerto y base militar de los cartagineses, liberando a los rehenes, hijos y
familiares de los reyes iberos, y con el apoyo de los mismos, en un paseo
militar por el valle del Guadalquivir vence a los púnicos en Baecula
(Bailen), controlando el paso de Despeñaperros. Victoria tras victoria llega
a Gades en el 206 a.C.,
que se entrega sin resistencia, poniendo fin a la lucha armada de romanos y
cartagineses en Hispania.
Según
Plutarco (Cat., 10), Catón sometió en
un año 400 ciudades al norte del río Betis. Según Livio (34,17), después
de una dura represión contra los bergistanos, mandó que todos fueran vendidos en subasta.
La Península fue objeto de un saqueo sistemático: en el año 196 a.C., el gobernador de la Citerior, Q. Minucio
llevó al tesoro romano 34.000
libras (1 libra=1/2 kilogramo), otra cantidad capaz de
fabricar 351.000 monedas de plata, el 197 a.C. M. Helvio ya había ingresado en el
tesoro 14.732 libras
de plata y 136.000 monedas de plata (Liv., 34, 10). Y cantidades semejantes
se van repitiendo año tras año.
Indíbil y Mandonio
Indíbil era el rey de los ilergetas, pueblo que se
asentaba en las actuales provincias de Huesca y Lleida. Mandonio era su jefe
militar, ambos comprendieron pronto la pretensiones imperialistas de cartagineses y romanos y apoyando
ahora a unos después a otros
pretendían sacudirse su yugo. Desaparecido el ejército cartaginés de la Península, Indíbil y
Mandonio, conscientes de los proyectos políticos de Roma de quedarse con los
dominios cartagineses, organizan de nuevo una gran rebelión que prepararon
con toda minuciosidad: entre los pueblos vecinos del Nordeste peninsular
reunieron un ejército de 30.000 infantes y 4.000 jinetes. Indíbil murió en la
batalla y Mandonio, caído prisionero, fue mandado ajusticiar. Los ilergetas
recibieron un rey vasallo de Roma.
1.1.2. Segunda etapa: la conquista de la zona
continental(155-133 a.C.).
Las Guerras Celtibéricas
Ambos
pueblos conocían muy bien a los romanos, puesto que habían luchado contra o con
ellos en diversas ocasiones. Los romanos no cumplieron los pactos que habían
suscrito con celtíberos y vacceos, para impedir que formasen una Federación
Estatal con otros pueblos. En el 153 a.C. se puso cerco a Numancia, y allí
fracasaron durante veinte años numerosos generales y murieron miles de
soldados romanos (el equivalente a 5 legiones). El gobernador Hostilio
Mancino fue vencido y entregado a Roma, que ante la humillación lo devolvió
desnudo a los numantinos. En el año 134 a.C., Escipión con veinte mil legionarios
puso cerco total a la ciudad y tras quince meses de asedio la rindió por
hambre. Numancia fue arrasada y los pocos supervivientes fueron llevados a
Roma para exhibirlos en la celebración de su triunfo.
Las Guerras Lusitanas (155-136 a.C.)
Lusitania
era el territorio comprendido entre el Guadiana y el Duero y llegaba por el
oeste hasta Talavera de la
Reina (Toledo). Las Guerras Lusitanas sólo alcanzan el
escenario propiamente lusitano en los últimos enfrentamientos, a partir de
finales del 139 a.C.,
año de la muerte de Viriato. Hasta esa fecha las batallas se plantean en
diversos lugares de Sur peninsular.
En el 154 a.C. Púnico, caudillo
de los lusitanos, ayudado por los vettones causa más de 6.000 muertos al
ejército romano -Apiano, Iber., 56-57-. Caucaino, otro jefe lusitano que
operaba al sur del Tajo, une sus tropas a las de Púnico, atacan las ciudades
entre Gades y Almuñecar y toman la ciudad de Conistorgis, causando miles de
muertos a los romanos.
El 143 a.C., momento en que la
guerra volvió a estallar por las traiciones y actos de violencia
protagonizados por el cónsul Lúculo, que paso a cuchillo a los habitantes de
Cauca, y el pretor Galba, que bajo la promesa de repartir tierras a los
lusitanos, acuden éstos aceptando la condición de ir desarmados y
aprovechando su indefensión asesinó a 9.000 de ellos y vendió como esclavos a
otros 20.000. Ambos quedaron impunes por la venalidad de los jueces romanos,
pero el pueblo lusitano se levantó en armas.
Viriato,
excelente estratega y militar, encabezó el alzamiento durante ocho años. En
el 147 a.C.
derrotó al pretor Vetili en las montañas de Ronda, donde perdió la vida
propio el pretor y cuatro mil legionarios. Después derrotó al pretor Plaucio
gracias a la táctica de la guerrilla a la que los romanos no supieron hacer
frente. Tras esta derrota, Roma envió a Hispania al cónsul Fabio Máximo que
obligó a Viriato a refugiarse en Bécula y, después, al cónsul Serviliano que
llegó a un acuerdo con Viriato para la repartición de la península. Los lusitanos
pedían la paz y Viriato tuvo que aceptar el ofrecimiento. El cónsul Cepión
sobornó a Audax, Ditalco y Minuro, tres embajadores del jefe lusitano, y les
indujo a asesinarle mientras dormía. Con la muerte del caudillo no terminó la
guerra, pero entró en su fase de decadencia. Cuando fueron a cobrar el dinero
de su traición, Cepión les contestó "Roma
no paga a los traidores". Según Diodoro (XXXIII, 7,4). Entre Viriato
y su suegro Astolpas había tensiones, y este y otros ricos lusitanos
terminaron pactando con Roma, cuando calcularon que obtendría de ésta
protección más segura que la de Viriato.
La conquista de Baleares (123 a.C.)
El pretexto
para la anexión de las islas era de que servían de refugio de piratas que
estaban obstaculizando el comercio por el Mediterráneo occidental.
Las tropas
de Cecilio Metelo se adueñaron de las islas el año 123 a.C. Estrabón nos dice
que Metelo llevó como colonos a 3.000 legionarios de Iberia (III, 5, 1). Los
estudios arqueológicos han confirmado las marcas de lo que fueron los lotes
de tierras distribuidos a los veteranos.
1.1.3. Tercera etapa: Las rebeliones (136-19 a.C.)
Las rebeliones
Aprovechando
las convulsiones provocadas por las invasiones de los cimbrios y teutones en
Europa occidental y las revueltas de esclavos en Italia, algunas poblaciones
celtíberas y lusitanas se rebelaron contra el dominio romano entre los años
114-93 a.C.,
lo que desvela que los hispanos tenían un gran nivel de información sobre los
acontecimientos de otras áreas de Occidente. Ahora bien, terminó imponiéndose
la potencia militar romana. Las
noticias referentes a los celtíberos son elocuentes del grado de represión
aplicado por Roma: la matanza de unos 20.000 celtíberos por el gobernador C.
Valerio Flaco, la venta de poblaciones enteras como la realizada con Colenda
(Valle del Duero) en los mercados de esclavos y la represión sobre la ciudad
de Termes (Soria). Hace poco se halló el bronce de Puente de Alcántara que
confirma las fuentes clásicas.
Las guerras civiles romanas en Hispania (83-36 a.C.)
Se
desarrollaron fundamentalmente en suelo hispano, lo que da idea de la
importancia de la misma en la estrategia de la política romana.
Las causas hay que buscarlas en el potencial económico, ante todo el de
sus minas, y en el grado de romanización de muchas ciudades del Sur y Este.
La consecuencia más importante
fue la rápida romanización de la
Península, porque muchos hispanos luchaban en las legiones
y a muchas ciudades se les concedió el estatuto de municipios romanos para
atraerse su apoyo.
La Guerra Sertoriana
(81-73)
Se produjo
cuando el Partido Aristocrático (optimates) consigue la aprobación de la Ley Valeria en el
Senado y nombra dictador a Sila. Su acción política se orientó a la
eliminación física de la capa dirigente de los populares. Sertorio, líder del
Partido Popular Romano se refugia en Hispania. Con la ayuda de los hispanos
derrotó repetidamente a las legiones de Sila. Con lo mejor de los exilados
organizó un Senado en Hispania con el objetivo de crear un régimen paralelo
al de Roma. En Osca (Huesca) creó una escuela a la que eran enviados los
hijos de ilustres familias hispanas para recibir educación romana,
potenciando así su romanización. En el año 73 a.C. Sertorio murió
asesinado por sus colaboradores más estrechos, probándose una vez más que
muchas fidelidades humanas no son nada sólidas si un tercero sabe cómo
comprarlas.
Las guerras entre Pompeyo y César
La necesidad
de terminar de eliminar los focos sertorianos de Hispania permitió a Pompeyo, líder del Partido Aristocrático, intensificar sus relaciones
con las comunidades indígenas de la Citerior. Durante
su estancia en la misma, reorganizó territorios, hizo reparto de tierras y se
ganó la fidelidad de muchas poblaciones que pasaron a su clientela.
A su vez, César, líder del Partido Popular, estuvo de cuestor en la Ulterior el año 69 a.C. y de pretor de la
misma provincia el año 61. Durante este tiempo tuvo que luchar duramente
contra ciudades celtíberas rebeldes, pero al fin de su mandato se había
ganado el apoyo de amplias capas de esa provincia.
Las batallas
fueron continuas hasta que, en el año 44 a.C., el ejército pompeyano fue derrotado
junto a Munda (Montilla). El hijo mayor de
Pompeyo, Cneo, fue asesinado cuando huía de la masacre. El menor, Sexto, se
refugió en la Celtiberia,
donde resistió hasta el año 36
a.C.
1.1.4. IV etapa: La conquista de la cornisa
cantábrica, una operación de propaganda
La causa de esta campaña tuvo dos motivos: el primero y principal fue potenciar el
prestigio político de Octavio que ambicionaba acabar con al República y
convertirse en Imperator, y el segundo, económico, adueñarse de la riqueza minera en ella existente. La propaganda
política utilizó como excusa acabar con el bandolerismo que ejercían
cántabros, astures y vascones sobre los pueblos de la Celtiberia. El
guión de la campaña exigía que el propio Octavio dirigiera las operaciones
militares, y con bombo y platillo Hispania fue declarada "provincia
pacata" en el año 19 a.C.
2.
La Romanización
La palabra Spania la encontramos
escrita por primera vez en textos griegos. Procede de la lengua celta. Está
emparentada con la palabra germana Spanne (pie), Spannen (extenderse) y con la anglosajona
Spannuer (entrada o llave). Spania (España) sería la entrada o pie de Europa.
La escribe por primera vez Artemidoro, y los romanos la transcriben
como Ispania o Hispania. Teófanes,
secretario de Pompeyo, utiliza el nombre de Iberia en el año 65 a. C. Estrabón
(Geógrafo griego 63 a.
C. – 29 d. C.) dice que el nombre griego de Iberia y el romano de Hispania
son sinónimos y comprende toda la Península. Un testimonio antiguo de la palabra
Hispania se encuentra en el historiador Tito Livio (59 a. C. – 17 d. C.) cuando
narra al II Guerra Púnica en su Historia de Roma (21.19.6).
Concepto: Fue el proceso de asimilación del sistema administrativo,
político, económico y jurídico de Roma, de la lengua latina, y de la cultura
y arte romanos. Fue un proceso de aculturación que se desarrolló a lo largo
de varios siglos. Los Iberos y Turdetanos fueron
los primeros en romanizarse, debido a que su cultura era muy similar
a la romana.
En la Edad Media
todavía quedaban pequeñas aldeas sin romanizar, como en Vascongadas, donde se
hablaban lenguas prerrománicas.
Los factores
más importantes de romanización fueron: la administración, la religión, el
ejército, el comercio y la lengua.
La romanización convirtió la Spania tribal en España, una nación donde ya no hay celtas, iberos y
celtiberos sino hispanos o españoles.
La Hispania tribal estaba cohesionada por lazos
de sangre, mientras la
Hispania romana estaba cohesionada por el derecho romano y
la administración territorial: ciudades, municipios, villas, provincias y
conventos jurídicos.
2.1. La ciudad
Consecuencias para las ciudades vencidas
·
Pérdidas de vidas humanas y
saqueo de las ciudades vencidas.
·
El populus Senatusque
adquiere la propiedad jurídica de las tierras, por lo que sus antiguos
propietarios tienen que pagar un impuesto para usufructuar las mismas
·
Pérdida de autonomía
política y militar. Son ciudades estipendiarias.
Consecuencias para las ciudades aliadas
·
Las ciudades aliadas como
Ampurias y Sagunto, mantenían su estatus anterior de libres. Ahora bien, en caso de
guerra debían contribuir con tropas y dinero.
·
Malaca, que colaboró con
Roma, recibió la categoría de ciudad federada en un régimen de aparente igualdad con
Roma. En caso de guerra debía contribuir con armas y soldados.
·
Escipión fundó la ciudad de Itálica (Santiponce, Sevilla), destinada a
servir de hospital para los heridos en la contienda. Fue la primera ciudad
que se organizó siguiendo el modelo de Roma. Son las colonias romanas, con todos los derechos
(optimo iure); o colonias latinas (derecho latino: ius
connubi, ius comercii).
En época de César yAugusto
este era el estatuto de las ciudades hispanas:
Estatuto
|
Lusitania
|
Bética
|
Citerior
|
Total
|
Colonias romanas
|
5
|
9
|
12
|
26
|
Municipios rom.
|
1
|
10
|
13
|
24
|
Municipios lat.
|
3
|
27
|
18
|
26
|
Ciudades federad.
|
0
|
3
|
1
|
4
|
Ciudades libres
|
0
|
6
|
0
|
6
|
C. estipendiarias
|
36
|
120
|
135
|
291
|
TOTAL
|
45
|
175
|
179
|
399
|
La evolución de las ciudades
Como todas
las civilizaciones mediterráneas Roma basó su riqueza en la ciudad. Al formar
parte de un Imperio se facilitaron las transacciones comerciales y el sistema
urbano de la Península se
desarrolló enormemente. La mayor parte de los seis millones de habitantes de Hispania
residían en ciudades. El cambio en el aspecto de las ciudades fue uno de los
aspectos más significativos de la romanización, pues el diseño regular de su
plano (a imitación de los campamentos romanos) introdujo los primeros
elementos de urbanismo. Las ciudades tenían una infraestructura, desconocida
posteriormente, de alcantarillado, de abastecimiento de agua, de
pavimentación, así como servicios públicos recreativos.
Vespasiano (69-79 d.C.) les dio el impulso decisivo al conceder el "ius
latii" a todas las ciudades hispanas, y los habitantes que
habían desempeñado algún cargo pasaron a convertirse en ciudadanos romanos.
Caracalla (212-217 d.C.)
concedió el derecho
romano a todos los hispanos.
2.2. La organización política y administrativa: las
Provincias
En el año 197 a.C. se organizó el
territorio en dos provincias: Hispania Ulterior (valle del Guadalquivir); e Hispania Citerior
(valle del Ebro y costa Mediterránea).
Estaban
gobernadas por un pretor cada una, que era jefe militar y civil
y por un "Concilium" o asamblea, que le asesoraba y fiscalizaba
al mismo tiempo. Al frente de la hacienda provincial se encontraba un cuestor,
cuya primera ocupación era hacer un censo de los contribuyentes y de sus
bienes para recaudar impuestos.
Valentiniano I determinó
su número final: Tarraconense, Cartaginense, Baleárica, Bética, Lusitania y
Galecia.
Diocleciano (284-305)
dividió la propia Italia en provincias y eliminó la división entre provincias
senatoriales e imperiales. Las reagrupó en doce diócesis y las puso al mando de un gobernador o rector,
que no era más que un magistrado civil. Los poderes militares fueron
encomendados a los duces. En el s. V, las provincias
desaparecieron y fueron sustituidas por condados, marcas y ducados.
Conventus iuridice (conventos jurídicos)
En el siglo
I, cada provincia se dividió en circunscripciones judiciales: 7 en la Tarraconense, 4 en la Bética y 3 en Lusitania,
en torno a los cuales se agrupaban los municipios o ciudades
Municipios
Estaban
gobernados por un Consejo o Senado local. La Curia estaba integrada
por los cargos o decuriones.
Senadores y decuriones pertenecían a
la oligarquía local. No cobraban y estaban obligados a hacer una declaración
de bienes ante de acceder al cargo y debían informar de su gestión y de su
patrimonio al final de su mandato. Las dos principales magistraturas tenían
que pagar el ob honorem, para
celebrar las fiestas en honor de los dioses. Las
magistraturas de la Curia,
siempre colegiadas y anuales para evitar los abusos de poder, eran:
·
Dos duunviros,
presiden y convocan el Concilio o
Asamblea local, representan a la comunidad y tienen poderes judiciales
sobre el ámbito de la ciudad y su territorio. Eran simples ejecutores de las
decisiones tomadas por el Senado local (Lex Tarentina)
·
Dos ediles,
magistrados de segundo rango que se ocupaban del cuidado y vigilancia de
obras, mercados y del orden público.
·
Censor, se nombraba uno cada cinco años que actualizaba el censo de la
ciudad.
·
Dos cuestores,
administraban la hacienda y cobraban impuestos.
El Concilio o Asamblea del pueblo, compuesto por quienes tenían derecho de
ciudadanía se reunía siempre que debían celebrarse las elecciones de los
magistrados.
Todos los ciudadanos,
mayores de 14 años y menores de 60, debían de aportar la munitio -varios días de trabajo
gratuito al año- para la realización de obras públicas.
En caso de
necesidad prestaban servicio militar local o de milicia para perseguir bandoleros
o sofocar rebeliones.
3. La
Sociedad
Los cálculos
demográficos
son muy difíciles de establecer. y varían mucho según los autores. Lo que si
se puede afirmar es que hubo un aumento de la población, desde unos cuatro
millones al principio de la dominación romana hasta unos siete al final del
Imperio.
Estructura social
La Península asumió la estructura social romana, aunque perduraron muchos de
los rasgos sociales de las culturas
indígenas. Fundamentalmente se dividía en dos grupos:
Esclavos
Eran antiguos
prisioneros de guerra que transmitían su situación a sus descendientes. No
tenían ningún derecho. No podían acceder a la propiedad, ni formar familia
legal. Eran cosas, no personas. Realizaban los trabajos más duros en las
minas y los campos. Los esclavos domésticos de las familias acomodadas vivían
muy bien.
Libres
Formaban ordenes o estamentos derivados
de su posición económica y su rango
jurídico:
La aristocracia
·
Orden senatorial: Los senadores
formaban la clase dirigente que ocupaba los cargos más altos de la
administración y del ejército. Su riqueza residía en la posesión de tierras.
Para pertenecer a él se necesitaba una patrimonio mínimo de un millón de
sestercios. Se conoce el nombre de catorce senadores hispanos.
·
Orden ecuestre: Ocupaban los
puestos inmediatamente inferiores a los senadores en la política y el
ejército. Para ser caballero se necesitaba una fortuna mínima de
400.000 sestercios.
·
Decuriones: Desempeñaban las
magistraturas de las curias municipales. Eran los miembros más ricos de los
ciudades. Junto con los caballeros formaban la clase dominante.
La plebe
Eran el
resto de la población libre que disponían de pocos medios de vida, aunque
tenían derechos cívicos. El grupo más considerado era el de los artesanos,
que se agrupaban por oficios en una especie de gremios o sindicatos, llamados
"collegia", que defendía sus
intereses. Gran parte de la plebe urbana vivían de los repartos de trigo de
las clases dominantes para ganarse sus votos en los concilios o asambleas; su única salida, muchas veces, era el
ejército, que les permitía acceder a los repartos de tierras o a un salario
regular.
Entre la plebe rústica
o campesinos
las diferencias eran notables en relación con la productividad de sus
predios.
Los libertos
eran los esclavos manumitidos. Algunos llegaron a reunir considerables
fortunas y a tener gran influencia en la administración durante el Bajo
Imperio, debido a que por su origen
despertaban menos envidias y temores.
4. La
Economía colonial
4.1. Economía urbana.
El sistema socioeconómico romano giraba alrededor de la ciudad
como centro de producción, comercio y administración de las zonas colindantes
(territoria). A las existentes en la
península se unieron nuevas creadas por Roma, como Emérita Augusta,
Caesar-augusta. otras nacieron como campamentos militares: Itálica, Legio; o
por transformaciones de poblados indígenas: Tarraco, Hispalis.
4.2. Agricultura.
Los
cultivos principales eran los cereales, la vid y el olivo. El aceite de oliva se exportaba en grandes
cantidades a Roma.
Los
romanos introdujeron las nuevas técnicas de cultivo: el barbecho de tres
hojas, y el uso de abonos, junto con el instrumental más moderno y variado:
arado, trillo de ruedas, palas, etc.. Se desarrollaron los regadíos en las llanuras
levantinas.
4.3. Minería.
Se extraía oro de Asturias, plata (el más importante de los
metales exportados a Roma) de Sierra Morena y Cartagena, cobre de Río Tinto, plomo de
Cartagena, mercurio
de Sisapo (Almadén). Hispania fue una de las provincias mineras más
importantes del Imperio. Las minas solían ser arrendadas a compañías de
publicani o eran explotadas directamente por el Emperador a través de
procuradores.
4.4. Industria.
Desarrollada
para la exportación, como la aceitera, salazón de pescado, salsa
"garum", industria del esparto o para el consumo de la ciudad o el
campo que la rodeaba.
4.5. Comercio.
El comercio se vio favorecido por:
a) Una extraordinaria red de vías.
Las más importantes eran la
Vía Augusta, la
Vía de la
Plata y la de Roncesvalles-Astúrica Augusta.
b) Un desarrollo de los puertos.
Los más importantes eran Tarraco, Cartago Nova y Gadir.
c) La unidad monetaria.
Conseguida gracias a la introducción del denario de plata. A partir del s I
desaparecieron las monedas locales y el emperador se reservó el derecho
exclusivo de acuñar moneda.
4.6. Régimen
de propiedad.
La mayor parte de esta riqueza estuvo en manos de la propiedad privada,
aunque en las zonas menos romanizadas pervivieron formas económico-sociales
prerromanas de tipo comunal-tribal. Con la conquista, muchas tierras y las
minas, pasaron a formar parte del ager publicus; pero el estado romano, aun
manteniendo para sí, una gran parte de ellas, en general las arrendó o las
repartió.
El campo pasó a manos de pequeños propietarios o de la
aristocracia senatorial, la cual empezó a formar grandes latifundios. La industria y el
comercio estuvieron en manos de la "burguesía " urbana (caballeros)
que formaba collegia.
4.7. Mano de obra.
Los
esclavos fueron una mano de obra muy importante
también en Hispania, sobre todo para el trabajo en las minas, en los talleres
de las ciudades y en los latifundios que estaban cerca de las mismas. Más en
los dos primeros siglos del Imperio, cuando las guerras los proporcionaban a
buen precio y el ejercito controlaba con efectividad el orden. Su situación
variaba mucho, según donde trabajaran. Los que lograban la libertad se
llamaban libertos.
5. Arte
La arquitectura pública tuvo un gran desarrollo. La proliferación de puentes,
vías, fortificaciones, arcos de triunfo, termas, templos, teatros,
anfiteatros y circos dio un gran impulso al sector de la construcción. Mucho
queda en España, lo que da una idea de la importancia que tuvo para el Imperio,
pero más quedaría si a lo largo de veinte siglos las oligarquías locales no
hubiesen utilizado los monumentos romanos como canteras para la construcción
de sus casas. Entre los restos más importantes que todavía quedan, cabe
destacar:
·
Acueductos: Mérida, Segovia y Tarragona.
·
Puentes.
Alcántara, Mérida, Orense y Cangas de Onís.
·
Murallas:
Lugo y Barcelona.
·
Arcos de triunfo: Medinaceli (Soria) y el de Bará (Tarragona).
·
Teatros:
Mérida y Sagunto.
·
Anfiteatros:
Itálica y Mérida.
·
La escultura también tuvo un gran desarrollo. Los mejores talleres estaban
localizados en Emerita Augusta, Tarraco e Hispalis y sus obras alcanzaron
gran perfección.
En España
tenemos mosaicos
de gran calidad procedentes de las villas rurales y continuamente se descubren
nuevos. Uno muy hermoso se puede ver en La Alcudia.
6. La cultura y las letras hispanorromanas
El Latín fue rápidamente asimilado
entre los pueblos Iberos, que ya tenían un desarrollo cultural similar a los
romanos y durante el Imperio los hispanos alcanzaron en la misma Roma éxitos
notables. Destacan:
Los senadores hispanos se incrementaron
en el Senado bajo el emperador Vespasiano que fue el encargado de
conceder el Ius Latii a todos los hispanos hacia el año 73 d. C. Se conocen los nombres de catorce senadores hispanos. A finales de la República romana dice
Estrabón (III, 5.3) que Cádiz era una ciudad de súpermillonarios
donde se censaron más de 500 caballeros.
Descolló Lucio
Cornelio Balbo el Mayor
una de las mayores fortunas del Impero, y gracias a él se pudo constituir el
Primer Triunvirato. En el año 20
a. C. fue nombrado gobernador de África y venció a los
garamantes, por lo que alcanzó un “Triunfo” en el año 19 a. C.. Fue el primer
provinciano que alcanzó el Consulato y un Triunfo. Costeo un teatro en Roma.
Su sobrino
L. C. B. El Menor fue propretor de
la provincia Citerior Hispana..
Lucio Anneo Séneca (4 a.C. a 65 d.C.), de
Córdoba. Abogado y filósofo estoico. Vivió en la corte de Calígula y Claudio.
Desempeñó las magistraturas cuestor, pretor y cónsul. Fue preceptor de
Nerón y cuando éste fue nombrado emperador, él era el que dirigía el
Imperio. Finalmente, sus enemigos le organizaron varios escándalos y convencieron
a Nerón para que lo desterrara primero y después lo condenara a morir. Su
filosofía estuvo encaminada a proporcionarle al hombre una guía para alcanzar
la verdadera felicidad, entendida ésta
como "la paz y la tranquilidad
permanentes del ánimo que se consiguen
contentándose con aquello que uno tiene a su alcance y renunciando a lo que
no pueda contribuir a ellas".
En el tratamiento de las cuestiones morales, Séneca se acercó al
teísmo, lo que explica en parte que la Iglesia medieval llegara a atribuirle la
condición de cristiano y que se supusiera la existencia de una
correspondencia entre él y san Pablo.
Marco Anneo Séneca.
Córdoba, (55 a.C.-39
d.C.) Escritor latino, también llamado
Séneca el Retórico o Séneca padre.
Pertenecía al orden ecuestre. Se instaló en Roma con su familia en el año 12 a.C., en plena era de
Augusto.. Sus «Controversiae» son un conjunto de declamaciones forenses, en
10 libros, de los que se conservan cinco (I, II, VII, IX, X); las «Suasoriae»
forman un solo libro, con siete declamaciones sobre temas históricos,
literarios o mitológicos, en las que se argumenta a favor y en contra de una
determinada decisión.
Lucano, nació en
Córdoba en el 39 d. C., poeta de al familia de los Séneca. Escribió “La Farsalia” en la que narra
la guerra civil entre César y Pompeyo.
Quintiliano, nació en
el 35 d. C. en Calagurris (Calahorra), orador y pedagogo. Su obra principal
“Institutio Oratoria”.
Marcial, nació en el 38 d. C. en Bilbilis
(Calatayud). Fue un poeta satírico. Leyendo sus poesías se descubre el
ambiente social de Roma. Quedan “El Libro sobre espectáculos” y sus
“Epigramas”. Fue el gran maestro de los epigramas.
Todos estos
escritores forman la Edad de Plata de la escritura latina.
Pomponio Mela, en Tingetera
(Algeciras), escribió bajo Claudio tres libros de Chorograhia, que es el
tratado latino más antiguo conservado. Describe Asia, Europa y África.
Iunus
Moderatus Columela, nació en Gades.
Fue tribuno militar en Siria y gran amigo de séneca. Escribió doce libros De
Agricultura y uno De Arboribus
La monja Egeria describió su peregrinación a Oriente para visitar los lugares santos a finales del s. IV.
En el Bajo
Imperio destacan Osio, el más sabio de su
tiempo y consejero del emperador Constantino; Juvenco,
que hacia el 330 escribió una paráfrasis de los cuatro evangelios. Dámaso, que fue obispo de Roma; Orosio, gran historiador, discípulo de
San Agustín. La Historias
de Orosio fueron muy populares en el Edad media. Prudencio,
el primer gran poeta cristiano e historiadores de valor, como Hidacio.
Emperadores hispanos:
Trajano, Marco Ulpio (53-117), de Itálica. Emperador de Roma
durante los años 98 a
117. Recorrió los diversos cargos de la carrera honorífica, el «cursus
honórum». Obtuvo el consulado en el año 91, a los 38 años, y fue emperador a los 45.
El Senado le concedió el titulo de "optimus principum".
Organizó la
asistencia social y la educación. Fomentó la agricultura y el comercio en las
provincias. Llevó a su máxima extensión los límites del Imperio: Guerreó
contra Tracios y Partos y amplió las fronteras con cinco provincias nuevas:
Dacia, Arabia, Mesopotamia, Asiria y Armenia. Construyó el Foro de
Roma que lleva su nombre, el más grandiosos jamás construido.
Adriano(Itálica,
76-Bayas, 138) Emperador romano (117-138), nacido en el seno de una familia
hispana de la
Bética. Adoptado por Trajano, quien le nombró su sucesor.
Reorganizó
eficazmente la administración. Tendió a unificar la legislación mediante la
compilación del Edicto perpetuo (131).
Fascinado
por la cultura griega, fomentó las ciencias y las artes. A su muerte fue
sepultado en un majestuoso mausoleo, actualmente castillo de Sant'Angelo
(Roma). Construyo el Panteón de Roma, que todavía se conserva, y que
es considerada la obra maestra de la arquitectura universal, y la cúpula de
cemento más grande, 45
metros de diámetro, jamás construida.
Marco Aurelio
(121-180), aunque nacido en Roma, descendía de una familia de la Bética. Fue filósofo
estoico y un gran emperador. Restauró el prestigio de las magistraturas y dio
carácter oficial a los títulos de clarísimo para los senadores, eminentísimo
para los pretores y egregio para los caballeros.
Le sucedió
su hijo Cómodo, que lo ha hecho
famoso hoy por ser el emperador de la película Gladiator y “La Caída del Imperio Romano”.
Es cierto que actuaba de gladiador en el circo contra contrincantes
previamente drogados o mal armados.
Teodosio. Fue el
último emperador del imperio unificado (379-395). Había nacido en Cauca. Hidacio
en su “Crónica 2”
lo cita como hispano de nación En 392 declaró a la iglesia Católica como la
oficial del Imperio. Prohibió toda
manifestación de culto pagano bajo pena de muerte. En 393 proclamó Augusto a
su hijo Honorio. A su muerte el
Imperio se dividió entre el citado hijo y Arcadio,
emperador del Imperio Romano de Oriente, con capital en Constantinopla. Su
hija Gala Placidia casó con el rey visigodo Ataulfo.
Como vemos
Hispania no sólo fue una provincia importante desde el plano político, sino
también, y mucho, desde el intelectual. El Imperio romano fue llevado a su Siglo de Oro por
una dinastía hispana.
7. La crisis del siglo III
Concepto: La Crisis socioeconómica que sufrió el Imperio romano a partir del siglo
III, sobre todo en la parte occidental, provoca un cambio profundo de la
economía romana de tipo esclavista, la cual evolucionó hacia nuevas formas, el
sistema de colonato,
que llevaron a partir de siglo IX al sistema feudal europeo. Es el inicio de
una larga etapa de transformación en la que se incluyen el Bajo Imperio
romano (s. III-V) y la
Hispania visigoda (s. V-VIII).
7.1. Posibilidades límite
del sistema esclavista
El
esclavo, que no tiene ningún interés por aumentar la productividad, no hace
mejorar las técnicas de producción; el sistema sólo puede producir mas
aumentando la cantidad de mano de obra (esclavos) Pero, por una parte, la pax
romana supuso un freno la expansión militar y, por tanto, la fuente
adquisición de esclavos, y, por otra, para los honestiores tampoco deseaban concentrar este tipo de mano de
obra, siempre peligrosa, en sus fincas y talleres. El sistema esclavista se
mostraba incapaz e aumentar la producción. Se paso del sistema económico
esclavista al sistema de colonato.
7.2. Insuficiencia de numerario
La
insuficiencia de numerario fue uno de los problemas importantes del Imperio y
los emperadores acabaron acuñando moneda con menor cantidad de plata
(Caracalla, antonianus, s. III), con
lo que provocaron una grave inflación. En el siglo III fue necesario volver
a formas comerciales mas primitivas (trueque, prestación de servicios) y el
mismo estado romano se vio forzado a aceptarlo así. En el siglo IV Diocleciano (280-305) estableció leyes
de precios máximos -tasa de Diocleciano-, para detener la escalada
de los mismos lo que arruinó muchos negocios, y provocó la huida de los
artesanos al campo. Constantino
creó la moneda de oro, el solidus, lo que agravó aun más el problema,
porque provocó la devaluación de la antigua moneda de cobre, en la que tenían
sus fortunas y ahorros tanto la oligarquía local, como los pequeños
propietarios y artesanos.
7.3. Crisis de la ciudad
A partir
del s. III las ciudades romanas de Occidente se amurallaron .Las primeras
invasiones de (262) y otros pueblos germanos llegaron Gibraltar. Los
ejércitos romanos apenas pudieron hacer otra cosa que taponar la frontera
(limes) con dificultad. En realidad habían empezado ya las migraciones de los
pueblos germánicos Las ciudades sufrieron una primera crisis de seguridad y
el comercio se resintió inmediatamente. A partir del 257 no se tiene ya
noticias de que llegara aceite hispano a Roma. Pero, por otra parte, el
aparato militar del Imperio se hizo
cada vez mas caro. La administración procura cobrar los impuestos o creó
otros nuevos. Se responsabilizó de su cobro a los decuriones y a los collegia
de artesanos de cada ciudad. El sistema tributario llegó a ser tan duro que
se obligó a los hijos a mantenerse en el cargo del padre. Muchos procuraron
escapar al campo para huir de la responsabilidad.
7.4. El campo
como centro económico.
El campo y con él el latifundio, empezó a
convertirse en el núcleo de la economía del Occidente romano. Pero el gran
latifundista no deseaba esclavos; ahora prefería colonos, es decir, hombres libres
con alguna relación de dependencia o servidumbre, a los que arrendaba, en
régimen de aparcería,
parte de sus tierras.
El colono
resultaba un trabajador más valioso por cuanto le preocupaba producción de
las tierras, una parte de cuyas rentas le pertenecía. El latifundista, por su
parte, le ofrecía una cierta protección y seguridad gracias a los grupos
armados de que disponía y con los que, por otra parte, lo mantenía sometido.
La relación campo ciudad se rompió. El Imperio romano de Occidente, y con él,
Hispania, se ruralizó. El latifundio
procuró, cada vez más, autoabastecerse y no depender de la industria urbana.
7.5 La decadencia cultural
Todo ello
repercutió en las formas religioso-culturales, que también se
ruralizaron. Aunque, por una parte,
las villas de los latifundistas adquirieron mayor esplendor, por otra, cesó
la construcción de obras públicas y el mundo cultural pasó por una crisis
extraordinaria a consecuencia de la crisis de la ciudad.
8. Los inicios del cristianismo
En el año
254 hay obispos en Astorga, Mérida y Zaragoza. En las persecuciones contra
cristianos del año 259, dictada por Valeriano, o la del 303 de Diocleciano,
hay mártires en Tarragona, Santander, Sevilla, León, Córdoba y Mérida.
En una
provincia como Hispania, en vanguardia del desarrollo económico y
cultural, el cristianismo evolucionó a la par que en Italia. Se introdujo en
las ciudades por obra de comerciantes y soldados. En el campo existieron
núcleos paganos hasta entrada la Edad Media.
9, Cronología de los emperadores romanos
Dinastía
Julio-claudia
o
Augusto (27 a. C. – 14 d. C.)
o Tiberio
(14 – 37)
o Calígula (37 – 41)
o Claudio
(41 – 54)
o Nerón
(54 – 68)
Año
de los cuatro emperadores
o Galba
(68 – 69)
o Otón
(69)
o Vitelio
(69)
o Vespasiano (69 – 79 - fundador de la Dinastía Flavia)
Dinastía
Flavia
o Vespasiano (69 – 79)
o Tito (79 – 81)
o Domiciano (81 – 96)
Dinastía
Hispana de los Antoninos
o Nerva
(96 – 98)
o Trajano (98
– 117)
Hispano
o Adriano (117
– 138)
Hispano, primo de Trajano
o Antonio Pío (138 – 161) casado con Faustina
la Mayor, de
familia imperial hispana
o Marco Aurelio (161
– 180).
Origen hispano. Co-emperador L. Vero
(161- 169)
o Cómodo
(180 – 193)
Guerra
civil (193)
Varios generales de las legiones se
proclaman emperador
o Pertinax
(193)
o Didio Juliano (193)
o Pescennius Niger (193 – 194)
o Clodio Albino (193-197)
o Septimio Severo (193 – 211). Fundador de las
dinastía de los Severos
Dinastía
de los Severos
o Septimio Severo (193 – 211)
o Caracalla (211 – 217)
o Geta
(co-emperador 211
– 212)
o Macrino
(217 – 218)
o Heliogábalo (218 – 222)
o Alejandro Severo (222 – 235)
Anarquía
del siglo tercero
o Maximino
(235 – 238)
o Gordiano I (238)
o Gordiano II (238)
o Pupieno
(238)
o Balbino
(238)
o Gordiano III (238 – 244)
o Filipo el Árabe (244 – 249)
o Decio
(249 – 251)
o Galo
(251 – 253)
o Emiliano
(253)
o Valeriano (253 – 260)
o Galieno
(260 – 268)
Emperadores
ilirios
o Claudio II (268 – 270)
o Quintilo
(270)
o Aureliano (270 – 275)
o Claudio Tácito (275 – 276)
o Floriano
(276)
o Probo
(276 – 282)
o Caro
(282 – 284)
o Carino
(283 – 285)
o Numeriano (283 – 284)
Tetrarquía
o Diocleciano (284 – 305) [Co-emperador Maximiano
(286 – 305)]
o Constancio I (305 – 306) (Co-emperador Galerio
305 – 311)
o Galerio
y Severo II
(306-307)
o Constantino I el Grande (306 – 337) [Co-emperadores: Galerio,
Licinio
(311 – 324), Maximino
Daya (308
– 313)].
Trono reclamado por Majencio (306 – 312)
Casa
de Constantino
o Constancio II (337 – 361) (con Constantino
II 337
– 340
y Constante 337 – 350 cuyo trono será
usurpado por Magencio 350 - 353)
o Juliano
“el Apóstata” (361
– 363)
o Joviano
(363 – 364)
Dinastía
Valentiniana
o Valentiniano I en Occidente (364 – 375), Valente
en Oriente (364
– 378)
o Flavio Graciano en Occidente (375 – 383), (co-emperador Valentiniano
II 375
– 392,
trono reclamado por Magno Máximo 383 – 388)
Dinastía
Hispana teodosiana
o
Teodosio I
en Oriente (379
– 392,
en Occidente 392
– 395)
o
Honorio
(395 – 423)
o
Gala Placidia
(423 - 437). Casada con el rey
visigodo Ataulfo.
o
Valentiniano
III (425
– 455)
Varios
emperadores
o Petronio Máximo (455)
o Avito
(455 – 456)
o Mayoriano (456 – 461)
o Libio Severo (461 – 465)
o interregno (465 – 467)
o Antemio
(467 – 472)
o Anicio Olibrio (472)
o Glicerio
(473 – 474)
o Julio Nepote (475 – 475)
o Rómulo Augústulo (475 – 476) - Último emperador
romano de Occidente
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